El Hierro, brotando vida

    Zarpa el barco, de nuevo en el mar en busca y encuentro de nuevas experiencias. Bajar del barco y ver en un parpadeo la magia que encontraremos en esta isla, la luna llena entre las montañas brillando  entre las tímidas luces del puerto. El municipio de El Pinar ha sido nuestro palacete, entre el sol y el mar de nubes bajo nuestros pies, siendo el techo del municipio de Frontera. Como casa, entre el Ayuntamiento y el Colegio de la zona, disfrutando de la comodidad y tranquilidad que pueda dar un hogar.
    Caminar, así es como un rutero va conociendo su rumbo, caminando. Nos encontramos en Frontera, justo en el Hotel más pequeño del mundo, entre rocas y olas. Llegamos a la playa de la Maceta, piscina natural donde disfrutan los vecinos y vecinas, y varios días nosotros y nosotras también con ellos.
    Somos partícipes de que lo que parece imposible sólo depende de cómo lo mires, hacemos un sendero accesible para personas con discapacidad gracias al recurso de la joelette, vehículo que con la fuerza, una rueda, dos compañeros y trabajo en equipo, se pudo disfrutar del sendero con la asociación In Corpore Sano.
    No hay mayor aventura que superar un reto inesperado con una guitarra y una sonrisa. Nuestra querida guagua tiene un pequeño problema, pero el día tiene que continuar, aunque la solución venga después.  Nos espera la Residencia de Mayores El Pinar, lugar cerca de “casa” donde aprender a valorar la juventud de los corazones se hace obligatorio, entre canciones y comida, deseos truncados y sueños cumplidos.
    En esta isla tan pequeña,  caben tantas cosas. No podemos olvidar nuestro entorno, lo que siempre está, la naturaleza. Observamos la repoblación del lagarto gigante del Hierro, vivimos el contexto histórico de los herreños con sus casas  y su origen volcánico, sólo posible gracias a la entrada del Ecomuseo de Guinea. Que nos permitió tener algunas lecciones previas antes de adentrarnos  en los dos actos más importantes de la isla, la erupción de la Restinga y la instalación renovable de Gorona del Viento. Porque hay personas que cuando más sopla el viento, construye muros pero otras, que construyen molinos.
    De esta manera han ido fluyendo los días en el Hierro, aunque haciendo alusión a las palabras de un gran rutero, “hagamos como si…”Así ha sido el Hierro, como si todo lo vivido en las anteriores islas, fuera digerido y brotado en esta.  Como si no pudiéramos vernos más, como si hubiera una necesidad inmediata de conocernos inmediatamente todo de todos y todas, como si no hubiera tiempo, nacen las lágrimas de emoción y de alegría, como explotan las risas y se funden los abrazos. Estos cinco días en el Hierro, han sido, como si fuéramos un a familia.

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