Abandonar el miedo.

    La primera grieta.
    La primera de tantas que vendrán
    y el escozor cuando el agua se cuela en su interior.

    Agua impulsada por un oleaje que cubre, que rompe y en ocasiones daña, pero que en otras también acompaña.
    Oleaje que resuena como un eco
    Oleaje que mece y calma.

    Una calma que te impulsa a abandonar el miedo,
    a dejar de correr,
    detenerte, frenar en seco
    y jugar a pausar el tiempo.

    Os he mirado, nos he mirado
    Sonreír y llorar
    Cantar, gritar y también avanzar
    Quizás experimentando la efímera felicidad
    Brillar como las estrellas fugaces más duraderas que he podido contemplar.

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